MEMORIÓN HISTÓRICO
MEMORIÓN HISTÓRICO
Todo se explica, y no como en el Parlamento. La Ley de Memoria Histórica es lógica y natural y no sólo hija de los sueños de gloria de quienes no la alcanzaron mientras se manchaban de sangre. O sea, no están satisfechos con ellos mismos y eso da mal vivir. Pero lo que más les impulsa para esta extraña ley de reforma histórica es que un rojo, aunque sea un rojo-cuché, no puede abrir la historia sin tropezarse con lo que hacían sus antepasados demócratas, desde el 14 de Abril de 1931 hasta que el pueblo español los puso en su lugar. Abusaban del gentío.
Y es que el rojo tiende a unir el poder con la impunidad y a justificar con palabras no pocas tendencias homicidas, bien presentes en los modos de los rojos de la Eta, primos marxista-leninistas. Las personas normales, aunque tengan la tendencia, no pueden indentificarse con aquella generación de psicópatas sanguinarios.
Luego, si el aspirante a rojo-cuché quiere saber más, le basta con visitar el cuadro de Jardiel Poncela (en el Museo de la Memoria, de Jerusalem), titulado “Bandada de demócratas quemando conventos en 1931”. O los demás de la misma colección, retratados para la Causa General: “Progresistas asando frailes por Semana Santa”, “Ciudadanos bailando con momias de monjas”, “Cuadrilla de milicianos toreando a un cura” y “Carrillo liberando almas en Paracuellos del Jarama”. Aunque el de mejor calidad es “Largo Caballero inaugurando la checa de Porlier y llevándose un ojo de recuerdo”.
No puede el buen rojo couché del 2006 abrir la historia y creérsela sin que una dura frialdad descienda hacia sus pecadoras partes. De ahí la vacuna llamada “VIH, MEMORIA HISTÓRICA”, que consiste en inocular pequeñas porciones de Jauja directamente en el cerebro (o similar) y demostrar que los españoles fueron felices e inocentes en la década de los treinta, hasta que Franco acabó con la democracia culiabierta, leal a sí misma, claro está. Por eso se sienten obligados a llevar -y lo hacen muy bien- la batuta de la propaganda, tan eficaz que hasta el PP y los separatistas siguen la onda en lo que se trata de la guerra.
Todo menos acudir al Prado y ver el cuadro panorámico de Millet, francés famoso como León Blum: “Campesinos de UGT degollando a terratenientes a la hora del Ángelus”. Pero si su almita roja se sonroja aún más, peor para los que la tengan y se dediquen a razonar. La Memoria Histórica da poder a quien ya lo tiene y descorazona a quien lo quiere coger y no acierta a levantar una postura valiente. Si tales propagandas negras, ¿quién querría ser heredero de los más despiadados matarifes y ladrones de la Historia de España? Sólo algunos contumaces con mentes de dirección prohibida. Es por lo que la mentira paga a demasiados traidores hasta que les toque pagar por ella.
Más cierto es que algunas leyes son un lamento porque la República no supo matar, en nueve años, a todos sus enemigos y eso que, según datos oficiales, eran poquísimos y se les distinguía bien por la sotana y los cuernos.
EL RECTOR SINCEROTE, Cátedro de Remilgos y Vergüenzas.
Aprovechamiento: ¿Que le dijo el parlamentario al ave corredora? “En el camino nos encontraremos”.
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