PARA UNA HISTORIA DE LA PREPOTENCIA
Los tumultos en el Congreso resultan buenos para la salud: la sangre fluye mejor, los tolerantes no lo son tanto y asoman los cuernos de los alunados. Así es como, en medio del griterío, el patético Marín expulsó al exaltado Pujalte (no lo habría hecho con alguien de otro partido). Según las actas del Congreso, Pujalte, como pieza de asalto, sólo dijo al buen Marín que tenía menos cintura que un armario. Quién sabe si con retintín. O se quedó entendido como una alusión a la moda de hoy, salir del armario.
Quien provocó el tumulto era el Ministro de Defensa y antiguo de Interior, que parece que dijo que, lejos de dimitir por la detenciones ilegales, trabajaría en Defensa con la misma honestidad que en Interior. Tiemblen generales poco adictos, que aquí se va a pontenciar a la Policía Militar para jugarretas como la detención por quejas del ministro.
Pero esto dicho no es nada. Lo malo es cuando el ministro Alonso, jefe casi supremo de los ejércitos y del CNI declaró textualmente: "La bronca retrata a quien la promovió y yo responderé con la misma firmeza y dureza". Esto sí es grave, porque Alonso no es un parlamentario ni un periodista de la canallesca. Ni siquiera una ministra de sanidad. Es el jefe de la Fuerza, así, con mayúscula. El jefe de miles y miles de hombres armados, no se sabe si hasta los dientes. El jefe del Cuerpo del Espionaje Manifiesto, también llamado CNI. O sea que tiene los medios sobrados para ser firme y duro y hacérselas pasar canutas a muchos.
Un ministro de la Fuerza del Estado no puede decir a nadie que responderá con "la misma firmeza y dureza", porque, teniendo carros de combate y cañones, sus palabras se convierten en amenaza muy seria. O sea, Ministro, con soldados y espías raritos, con cañones, con cazabombarderos, con tanques, con mucha escopeta y, encima, socialista, no es cosa de olvidar su amenaza de responder, ni la de trabajar con honestidad, que a saber qué significa para una mente de termitero rojo.
Ustedes vosotros, gentes alborotadoras del PP batasuno, parapetaos y disponed un "paradero desconocido" para vuestros momentos de sosiego y descanso.
Quien provocó el tumulto era el Ministro de Defensa y antiguo de Interior, que parece que dijo que, lejos de dimitir por la detenciones ilegales, trabajaría en Defensa con la misma honestidad que en Interior. Tiemblen generales poco adictos, que aquí se va a pontenciar a la Policía Militar para jugarretas como la detención por quejas del ministro.
Pero esto dicho no es nada. Lo malo es cuando el ministro Alonso, jefe casi supremo de los ejércitos y del CNI declaró textualmente: "La bronca retrata a quien la promovió y yo responderé con la misma firmeza y dureza". Esto sí es grave, porque Alonso no es un parlamentario ni un periodista de la canallesca. Ni siquiera una ministra de sanidad. Es el jefe de la Fuerza, así, con mayúscula. El jefe de miles y miles de hombres armados, no se sabe si hasta los dientes. El jefe del Cuerpo del Espionaje Manifiesto, también llamado CNI. O sea que tiene los medios sobrados para ser firme y duro y hacérselas pasar canutas a muchos.
Un ministro de la Fuerza del Estado no puede decir a nadie que responderá con "la misma firmeza y dureza", porque, teniendo carros de combate y cañones, sus palabras se convierten en amenaza muy seria. O sea, Ministro, con soldados y espías raritos, con cañones, con cazabombarderos, con tanques, con mucha escopeta y, encima, socialista, no es cosa de olvidar su amenaza de responder, ni la de trabajar con honestidad, que a saber qué significa para una mente de termitero rojo.
Ustedes vosotros, gentes alborotadoras del PP batasuno, parapetaos y disponed un "paradero desconocido" para vuestros momentos de sosiego y descanso.
¿Quién sabe cuántos terroristas confesos y con cargo quedan en España, como este Jefe de Policías de la Generalidad Catalana, que tiene tan pacífica y risueña cara?
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