sábado, enero 28, 2006

LOS ÚLTIMOS DE FILIPINAS


Por si no puede leerse con claridad el documento, he aquí lo que contiene, lo que ha barrido el tiempo de las costumbres decentes de la guerra: el enemigo respetando al enemigo. Honrándole. Que esto no suceda ya, indica un cambio hacia la propaganda bélica y la guerra de exterminio. Mal asunto según la Universidad de Trapisonda.

He aquí un claro homenaje a los héroes ya olvidados y a la civilización. Compárese con la idea loca del New York Times sobre los militares trogloditas de España. Será porque aún comparten la honesta idea de honrar al adversario. De cuaternarios que son. Y de paciencia que tienen.

REPÚBLICA DE FILIPINAS

DECRETO

Habiéndose hecho acreedoras á la admiración del mundo las fuerzas españolas que guarnecían el destacamento de Baler, por el valor, constancia y heroísmo con que aquel puñado de hombres aislados y sin esperanzas de auxilio alguno, ha defendido su Bandera por espacio de un año, realizando una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo; rindiendo culto a las virtudes militares, e interpretando los sentimientos del Ejército de esta República, que bizarramente les ha combatido-, á propuesta de mi Secretario de Guerra, y de acuerdo con mi Consejo de Gobierno.

Vengo en disponer lo siguiente:

Articulo único. Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas, no serán considerados como prisioneros, sino por el contrario, como amigos; y en su consecuencia, se les proveerá por la Capitanía General, de los pases necesarios para que puedan regresar á su país.

Dado en Tarlak á 30 de junio' de 1899.—El Presidente de la República, Emilio Aguinaldo.—El Secretario de Guerra, Ambrosio Flores.